martes, 29 de marzo de 2011

Que menos, es nada...


¿Sabes? Ya no me preocupo de lo que hago. Ya no me centro en planear y planear un futuro, en que todo salga perfecto. Que si me caigo, pues a reír se ha dicho y ya me levantaré. Que ya dejé de pensar en negro o en blanco; si hay gris, pues el gris también me vale. No me gusta lo fácil, precisamente por eso me encanta tanto esta historia, aunque tampoco soy de retos imposibles. Todo tiene su límite y el mío ya se agotó. Ya no sigo persiguiendo amigos fugaces, ni me quedo en historias del ayer. Pero simplemente por eso, sonrío, cada día y a cada hora, porque no hay nada más que hacer, porque siempre es mejor que nada.

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